LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

21 sept 2008

TE INFORMO QUE TIENES UN DERECHO

“La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír”
George Orwell

Y siguiendo el espíritu de ese escritor inglés afirmo que el derecho a la información es leer, escuchar, reproducir y tener en nuestras manos todo lo que ciertos gobiernos no quieren que conozcamos oportuna y adecuadamente.



El Estado Mexicano en su conjunto (es decir, no sólo las administraciones o gobiernos en turno, sino también los otros Poderes y Òrganos del mismo) se ha caracterizado, entre otras cosas, por ser una “caja de cartón”; por su opacidad o poca transparencia para rendir cuentas (motu proprio o como respuesta a exigencias y demandas sociales). Lo anterior halla sustento en distintas desafortunadas realidades: las investigaciones en torno de la llamada “guerra sucia” de los años sesentas y setentas; el manejo dado a diversos presupuestos municipales, estatales o federales, ya sea en relación a programas de determinado plazo o a obras en específico; las remuneraciones otorgadas a empleados y funcionarios públicos; los criterios o argumentos tomados en cuenta para llegar a decisiones trascendentales para la vida pública, etc.

La historia da incontables muestras del menosprecio y hasta aversión que los gobernantes de nuestro país han tenido para con el derecho a la información y la transparencia. Una de las más antiguas muestras de ello es la tardía y ambigua adición al artículo 6 Constitucional de la siguiente frase: “El Derecho a la información será garantizado por el Estado”. Dicha adición tuvo lugar hasta el año de 1977; es decir, ¡¡60 años después!! de que entrara en vigor nuestra actual Carta Magna; y aunado a esto, a varias legislaturas, por mucho tiempo, no les preocupó o interesó expedir la ley reglamentaria correspondiente a dicho derecho (fue hasta el año 2002, con la promulgación de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental (LFTAIPG), que se desarrolló o reglamentó una de las vertientes o aristas del derecho en comento: el derecho de acceso a la información pública)

Pero también considero que esa actitud reacia a informar, a difundir información veraz y útil, a comunicar cuestiones de interés y beneficio colectivo o grupal, tristemente, no sólo es propia de los integrantes de la clase gobernante, sino que también anida, en mayor o menor grado, en varias personas que conforman la denominada sociedad civil. En otras palabras, muchos mexicanos han sido criados, educados en una cultura de la secrecía, de las verdades a medias, de una discreción supuestamente correcta o prudente (“no quiero atenderlo…ssshhh dile que estoy muy ocupado o que salí” “gano, pues, poquito” “eso no se pregunta” “esto otro tampoco” “ñiño, no andes de preguntón” “tú no digas nada, sólo si te preguntan” “a los chismosos luego les va mal” etc.)
Es decir, muchos gobernados contribuyen a complementar el círculo vicioso de la nula o poca transparencia que muchos de sus gobernantes saben iniciar muy bien; círculo que les gusta y conviene a estos, ya sea para conservar o ya sea para aumentar la impunidad de sus actos delincuenciales o carentes de ética.

Y varios de los mexicanos que sí cuestionan; que sí gustan de informarse y de informar; que sí piden o exigen que el derecho a la información no se quede sólo en el papel; se han encontrado, a través del tiempo, en el “mejor” de los casos, con adjetivos o expresiones burlones como “revoltosos”, “inconformes”, “metiches”, “renegados”, “chismosos”, “jodones”, “sediciosos”, “izquierdosos”, “no tienen nada que hacer”, etc.; y en los peores, con acusaciones o juicios por difamación y calumnia, censuras (vía la violencia o el dinero), amenazas, ataques, persecuciones, injustas detenciones y prisión, muerte, etc. (o lo que los sabios denominarían los “tres erros”: encierro, entierro o destierro)

¿Y por qué el derecho a la información es tan violentado y/o limitado? Pues por que la información, sobre todo en el mundo de hoy, también es poder. Por que un pueblo para poder ser fácilmente sometido debe estar hambriento y ser ignorante (y el no saber o no conocer no sólo implica la carencia de instrucción o educación, sino también la de datos o conocimientos relativos al quehacer y al bienestar público)

El derecho a la información es un derecho amplio que incluye varias vertientes o especies:
1. Libertad de acceso a los hechos, a las fuentes de la noticia;
2. Libertad de circulación de noticias en todos los sentidos;
3. Libertad en la constitución de entes dedicados a la información;
4. Libertad de difusión pública de las informaciones;
5. Derecho a una reglamentación jurídica de estas libertades, que especifique también las responsabilidades;
6. Derecho de la sociedad y del individuo a ser defendido de los falsos estados de opinión;
7. Derecho del público a ser informado adecuadamente a sus necesidades y;
8. Garantía internacional para el ejercicio de todas estas libertades y derechos.

Por ende, uno de los principales pasos que se tienen que dar para poder alcanzar un auténtico y satisfactorio ejercicio del derecho en cuestión, consiste tanto en la revisión y modificación loable de las normatividades ya existentes que regulan a algunas de las libertades antes mencionadas, como en la creación de leyes bien redactadas que se encarguen de las vertientes que todavía no han sido objeto del “encuadre” legal. Claro está, abogando, promoviendo y luchando por que todo ello sea cumplido y observado y no se vuelva una simple colección de declaraciones u oraciones jurídicas.

¿Que algunas verdades duelen o que pueden lastimar mucho a quienes las escuchen? ¿Que gran parte de la población no está “preparada” para ciertas noticias o informaciones? ¿Qué a veces es mucho mejor para una persona o un grupo no conocer determinadas cosas?...No comulgo con ello; dejemos de auspiciar una de las manifestaciones o de las causas de la corrupción y de la impunidad; dejemos de avalar y/o de fomentar la “minoría de edad” de la sociedad mexicana, minoría que beneficia sólo a unos cuantos; dejemos de creer y de transmitir que la verdad y la transparencia “duelen”, que son dañinas o causantes de problemas… la mentira, la opacidad, la desinformación conforman una de las “humedades” que van pudriendo el ropaje y los interiores democráticos de un pueblo o de una sociedad…
¡¡¡Ventilémosla con profusa y brillante información!!!

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