LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

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30 jul 2009

CÉDULA DE IDENTIDAD CIUDADANA: EL DISPENDIO DE LOS REPRESORES

Recientemente se anunció que el desgobierno federal, a través de una de sus dependencias más fuertes, la Secretaría de Gobernación, llevará a cabo todo lo relativo y necesario para la expedición masiva de la llamada Cédula de Identidad Ciudadana (CIC)

Es cierto que un documento, tarjeta, mica, credencial o cédula de tal naturaleza (y hasta con idéntica denominación) está contemplada en la Ley General de Población desde hace tiempo; es cierto que la misma es una facultad-obligación (más obligación) de la autoridad en cuestión; pero, ¿no es "curioso", "extraño" (y estoy siendo muy generoso) que en estos momentos, después de una elección que dejó todavía más débiles y deslegitimados a los pandilleros de Los Pinos, se pretenda echar a andar o concretar una campaña de mayor control político-policiaco-social (en la mentada cédula se pretende incluir las huellas dactilares, iris, firmas y generales más relevantes de los mexicanos)? ¿Por qué hasta este momento le entró la urgencia o interés a Gobernación para cumplir con un mandato o atribución suya que ha estado congelada o en reposo desde más de diez años, que sólo ha quedado en legal papel?

Y la curiosidad o cuestionamiento al respecto crece, o convierte en compañeros de cogeneración de irritación y condena, a otras dos realidades: A) Ya existe un documento o "cédula" con bastante aceptación y arraigo social, así como con un muy buen grado de funcionalidad o eficacia que fácilmente ha hecho las veces -y podrá seguir haciéndolas- de la nueva credencial que se pretende crear. Sí, su nombre de ese documento es, como bien lo saben, Credencial para Votar con Fotografía o Credencial de Elector; B)La crisis económica mundial sigue; manifestándose la misma con mayor intensidad en algunos países que en otros. México es uno de las naciones americanas que más la ha resentido; que peores medidas, prevenciones o soluciones ha tomado al respecto; que ha decidido seguir recortando gasto social en lugar de gasto corriente o burocrático.

A pesar de todo lo anterior, ¿en verdad los fascistoides del dizque gobierno federal creen que es sensato, sensible, oportuno y grato gastar en esta época de sequía millones de pesos en un documento que prácticamente ya tenemos? Ahhh se me olvidaba que ellos desconocen -y que no les importa- eso de la sensatez, sensibilidad y gozo.
¿Por qué no les entra la misma urgencia o preocupación por cumplir otros mandatos -más importantes y elevados- contemplados en la normatividad constitucional y legal (vivienda digna para todos, alimentación adecuada, seguridad social universal, educación, etc.)?
Además, todo el padrón de esa nueva cédula, así como todos sus aspectos informáticos y administrativos, ¿para quién irán? ¿para las empresas -expresas o encubiertas- del cuñado de Calderín, Diego Hildebrando? ¿mmmm?

No cabe duda, el fascismo, el autoritarismo, o las versiones más tercermundistas de los mismos, son bastantes mezquinos (por no decir nulos) en ideas, valores, empatía y derechos, pero eso sí, muy sueltos para eso de la corrupción ineficiente, para eso de la inutilidad o frivolidad corrupta.

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