Y las muertes d los nuestros,de los suyos,no reciben la justicia debida y son indignados aún más.
Como bien han señalado algunos,con los delincuentes,con los malandrines,con los verdugos o solapadores de éstos, no se tiene porque dialogar (por dignidad,por sentido lógico y por no perder tiempo o hacer más corajes). Con todos esos se deben aplicar las leyes, pero las que sí merecen llamarse así,en su expresión idónea y loable: con justicia y puntualidad.
Cuántos veces más dialogar con los obcecados,soberbios,cínicos y cerrados culpables de tantas desgracias y vejaciones? Cuántas veces más soportar largas o dilaciones y atoles con el dedo? Tú dialogarías,tendrías encuentros, con el asesino o el violador de algun familiar,con los encubridores o solapadores de aquellos?
Javier Sicilia y otros,con esas actitudes,desplantes e "inocentadas" (con tufo de perversidad), rápidamente, se han convertido ,o están ya sólo a un paso de convertirse, en válvulas de escape de lujo del sitema; en válvulas de escape móviles y maneables,al contentillo y al portador, del status quo. Para que Javier y otros como él lo entiendan un poco más: lastimosamente,han decidido codearse,hablarle,escuchar sólo a los mercaderes del templo.Adios Cristo,adios paz,mucho más aquella con justicia y dignidad.
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