LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

20 ene 2007


LOS SIMPSONS: LA CONCIENCIA AMARILLA DEL DISTOPICO “SUEÑO” AMERICANO.

Por Tobías

Al realizar este análisis, quisiera hacer hincapié en que mi escrito no se trata precisamente de un análisis crítico ni mucho menos informativo; mi análisis es un resumen interpretativo de lo que yo puedo deducir acerca de la serie animada mencionada en el título que da nombre a este trabajo: Los Simpsons.

Para mí “Los Simpsons” es un reflejo TRIPLE V de la sociedad estadounidense y del anhelado sueño americano: una V de virtud, otra V de vicio, y la última V de verdad. Creo que es un retrato, para nada complaciente, de los vicios y virtudes de una cultura englomerada y representada por una pequeña comunidad llamada Springfield y la cual sirve para mostrarnos una radiografía de la disfuncional familia estadounidense.

Quizá su éxito más que la simpatía con la que están elaborados los personajes, se deba a la fórmula tan honesta y grata con la que es hecha: contiene humor, contiene sátira política, se burla de todo y de todos incluso del propio creador de la serie, y muchas veces te deja pensando acerca de ciertas normas de la vida por la que todos los seres humanos pasamos, e incluso, a veces, te llega a conmover.

Leyendo la biografía del creador o autor de la serie Matt Groening, me doy cuenta de que Los Simpsons que inició como un trabajo de encargo, se ha ido convirtiendo en una representación positivista de la sociedad y de la familia, ya que el escritor y dibujante, basa sus capítulos y narraciones en observaciones y subjetividades de su entorno cotidiano, como por ejemplo, la manera como Bart percibe al director de su escuela, o la manera como Homero ve el trabajo y su propia vida.

Yo siento que hay un poco de Matt Groening en cada uno de los personajes principales de la familia Simpson: desde la antipatía y cinismo de Homero hacia el trabajo, la rebeldía de Lisa al sistema o su forma de cuestionar el interminable status quo, la tranquilidad y templanza de March, o la inocencia y gracia de Maggie, y finalmente, la inquietud y ociosidad de Bartolomeo.

Además, Groening, logra acertar en la manera como representa a su gente porque les coloca una capa amarilla que aparte de convertirse en su sello distintivo, logra no centrar ninguna importancia en un específico grupo racial: Los Simpson no son blancos, ni negros, ni latinos, ni mucho menos asiáticos. Sin embargo, Groening sí refuerza su serie al inventar e introducir personajes secundarios que retratan la diversidad de culturas y minorías que conforman la sociedad gringa como el musulmán Apud, Willy el escocés, o el Doctor Gilbert; personajes que de alguna u otra manera otorgan frescura a la serie y le dan soporte a la vida de estos simpáticos seres amarillos, como de alguna forma las minorías son el soporte de la sociedad gringa actual.

Creo que lo único que se le puede criticar al creador de los Simpson es su conformismo e ignorancia, mismas que se manifiestan en como percibe, en ciertos capítulos de la serie, a los habitantes de otros países.
Alguien me dijo que siempre que escribas, escribas de lo que sepas, no de lo que no sabes, y retomando la idea anterior, yo siento que Groening es muy honesto con la manera de retratar a su gente, pero cuando coloca a sus personajes en situaciones de viaje hacia otras naciones, tiene una visión limitada y muy estereotipada de las demás sociedades, lógicamente porque no conoce ni ha vivido dentro de dichos países, como cuando Los Simpsons viajan a Francia, o a Australia o a Brasil.

Para concluir, solo quisiera agregar que Los Simpsons pudieron quedarse como un éxito de audiencia televisiva local, pero trasciende a nivel mundial gracias a que maneja uno de los conceptos más universales que todos conocemos: la visión cínica y a veces pesimista de la clásica familia disfuncional; ya que yo estoy seguro de que todos tenemos miembros de nuestra familia que se parecen a los personajes de la serie o viceversa, por lo que finalmente nos pone a pensar: ¿la vida imita al arte o el arte es una consecuencia de la vida? ¿Son caricaturas de nuestra “normalidad” o nuestras vidas normales ya son por naturaleza una caricatura?
En fin, yo creo que la fiebre amarilla en este caso es muy saludable, porque nos hace observar unas “alucinaciones” muy “reales”: las realidades no tan lejanas de nuestro entorno cotidiano.

NOTA: El Homero Simpson de la anterior entrada es el ALTERNATIVO. Él de ésta es el “austero”

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