LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

20 ene 2007


¿POR QUÉ LES GUSTA TANTO ESA CARICATURA, MIJITOS?

Esa es una pregunta que durante una época nos formuló constantemente mi abuelito materno. A esta cuasioctagenario le intrigaba o lo llenaba de curiosidad el saber porque nos gusta la caricatura (o, a mi parecer, serie con personajes animados) de Los Simpson.
Seguramente empezó a cuestionar sobre ello porque, de vez en vez, observaba a mi primo, a mi hermano o a mí como veíamos divertidos la mencionada serie; diversión ésta que se manifestaba-muchas ocasiones- a través de grandes carcajadas. Pienso que tal vez esas sonoras risas no hubieran llamado su atención, en la misma medida que lo hicieron, si hubiera notado que el programa que presenciábamos era una película de comedia o una serie cómica (las conocidas como sitcom). Es decir, creo que el hecho de que nosotros-unos individuos que dejamos la infancia hace ya un buen tiempo- viéramos con tanto gusto y concentración lo que para él es una “caricatura” más, fue el motivo principal de su curiosidad, así como de la enunciada interrogante.

Ahora bien, aunque le daba a conocer las razones de nuestro interés por “Los Simpson”, él volvía a preguntar, hasta que en un determinado momento cambió esa expresión por la siguiente: “No sé porque les gusta tanto a ustedes esa caricatura”. Quizá algunos opinarán que esa nueva expresión ya no denotaba un interés genuino y “de psiquiatra” por el gusto en comento, sino una actitud de franca inquietud o hasta de reproche causada por dicho gusto. No. No considero que esto último haya sido lo que lo impulsó a cambiar su expresión. Mas bien la nueva expresión era una forma de decirnos que se rendía, que abandonaba su propósito o intención de ver la serie y de encontrarle “el gusto” (esa intención nunca la declaró, pero nos enteramos de ella un día que empezó a confirmar con nosotros el nombre y otros pequeños detalles de Homero)
En otras palabras, su nueva frase no fue una recriminación hacia nosotros sino, tal vez, sólo tal vez, hacia él mismo por no poder comprender el humor (“punzante”) de una simple cari de monos amarillos.

Pero lo anterior no sólo le ha ocurrido a él, sino a muchas otras personas pertenecientes a diversas generaciones. Probablemente ello se deba a que-como ya lo deje entrever líneas arriba- muchas de esas personas “abordan” ese programa desde la “óptica” del que está ante una caricatura; cuando en realidad se encuentra ante una serie animada.No, no es lo mismo, aunque así pareciere.

Para empezar, al ser (y por ser) una serie con personajes animados su “espectro” de espectadores aumenta automáticamente, sin que tenga que limitarse al clásico sector o target (¡¿target?! eso me pasa por tener cerca a un futuro comunicólogo) hacia el cual van dirigidas las caricaturas: los niños (es más, algunos conservadores han llegado a pensar que no es un programa apto para morriles, por lo que he sabido de casos en que a ciertos infantes les han prohibido verlo).

Para continuar, por no ser la típica caricatura se puede dar el lujo de tratar un mayor número de temas; de usar palabras o expresiones que no escucharíamos en caris como Heidi, Los pitufos, José Miel, etc.; y de criticar puntual y acertadamente varios vicios e hipocresías de la sociedad estadounidense. Críticas éstas contundentes y tendientes a provocar tanto risas como reflexiones. Críticas “sutilmente” rudas o “directamente” sutiles, mismas que se realizan con suma efectividad gracias al “empaque” que las contiene (unos amigables dibujos que ya le disputan a Mickey Mouse su popularidad).
Bueno, bueno, pero ¿por qué nos gusta tanto esa familia de Springfield (¿Illinois?)? Pues, por lo dicho en los dos párrafos anteriores más el hecho de que es la auténtica “pionera” de los programas animados irreverentes, ácidos, irónicos y sarcásticos que divierten, fascinan o identifican (y que necesitaba, agregaría yo) a nuestra generación (la “x”, de acuerdo a lo dicho por los estudiosos del tema. O la de “la eterna crisis” para nopalizar el término). Algunos de los programas que son “descendientes” de Los Simpson son: American Dad (“Padre Estadounidense”), Family Guy (“Padre de Familia”), South Park (“South Park”), King of The Hill (“Los reyes de la colina”), etc.

También debo apuntar que Los Simpson no se han “decantado” del todo por un postura política o ideología (la izquierda o la derecha) [no me acuerdo que hayan mencionado claramente la militancia del Alcalde Diamante. Lo que sí recuerdo es que Bob Patiño fue postulado por el partido republicano (¿porque será?)] Esto, posiblemente, es uno de sus atractivos o aciertos. No obstante ese aparente apartidismo o, todavía más lejos, “neutralidad” política, algunos capítulos o tópicos-fundamentalmente en los más recientes años- han sido tratados o expuestos de una forma propia de mentes patrioteras, obtusas, ignorantes, reaccionarias o soberbias. Un ejemplo de esto se puede encontrar en el capítulo durante el cual recluyen en prisión a los Simpson; reclusión que tiene su detonante en los “honores” que Bart rinde con sus nalgas a la bandera de Estados Unidos (¡U-ASS-A!). Luego entonces, casi al final de este capítulo se hace una sorna de los franceses muy al estilo de los “genios” y “patriotas” estadounidenses que hace pocos años le cambiaron, o quisieron cambiarle, el nombre a las “papas francesas” como represalia a Francia por no apoyar la invasión a Irak (las famosas “freedom potatoe” ó “papas libertad”)

Y para terminar, ¿encuentro alguna relación entre Los Simpsons y Alternativa? Sí, ya que Alternativa anhela ser-como lo fue ese programa- la vanguardia o la “pionera” de una nueva-y mejor- generación o conjunto de generaciones políticas. Quiere ser el verdadero “punto de quiebre” de la cultura política y social de una generación, de una sociedad, de una “clase política” que en gran parte está podrida o empeñada en “caricaturizarse” día con día (aunque en este caso lo que vemos y escuchamos no nos cause risa, por lo menos no una risa que tenga su origen en la alegría) En otras palabras, Alternativa desea convertirse en la conciencia crítica amarilla a la que hace alusión mi hermano Tobías en la siguiente “entrada” (en la conciencia roji-azul-amarella [por eso de los colores del logo] de la sociedad mexicana, precisaría yo)
¿Qué opino del reto? Mmmm…pues… AY CARAMBA!

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