BAJO JUÁREZ















Hace muy poco tuve la triste y dolorosa fortuna (¿o la fortuna desafortunada?) de ver el documental de “Bajo Juárez” (PEPA FILMS con apoyo de FOPROCINE. 90 minutos. Dirigido por Alejandra Sánchez Orozco).



Pienso que fui afortunado porque 1) ese género cinematográfico (el cual me gusta mucho por cierto) es escasamente distribuido y exhibido en nuestro país; 2) se ha tratado de acallar, censurar, minimizar o distorsionar todo lo relacionado con el tema. Este documental actúa, contundentemente, en sentido contrario a dichas intenciones u objetivos; 3) el largometraje documental en cuestión es una “pieza cinematográfica” con buen sonido, fotografía, edición y musicalización; que constituye una muestra más de que las mexicanas y los mexicanos sí pueden idear y crear buen cine (alejándose de los grandes vicios y del “ritmo” taranovelescos) [esto,para los que quieran sólo enfocarse en los aspectos técnicos, en la forma o la “manufactura” de la película] y; 4) [lo más importante] presencié una enérgica, apasionada (más no panfletaria), sumamente conmovedora, sensible, argumentada y justa denuncia en contra de uno de los fenómenos más vergonzosos, dolorosos y condenables de la historia reciente de México: el feminicidio o los asesinatos múltiples y/o seriados de mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua (fenómeno que por desgracia también ya se ha presentado en otras entidades federativas del país)

Considero que esa fortuna fue triste y dolorosa porque 1) el que observa Bajo Juárez inmediatamente se da cuenta, confirma, recuerda o no olvida lo que existe detrás de todos esos asesinatos: una gran impunidad –tanto individual como colectiva, tanto gubernamental como empresarial-; un condenable y aberrante sadismo (torturas, violaciones, golpes, secuestros, mutilaciones, desapariciones, etc.), una corrupción cínica y más "linduras" propias de la malandrinocracia o mierdocracia y; 2) te topas o te hallas ante otro claro ejemplo del machismo y de la misoginia “institucionalizadas” o “socializadas” . Así es, te topas con una muestra más de que en México muchos deciden matar libremente a una mujer, a un ser humano por el simple hecho de pertenecer a ese género o sexo; con una muestra más de que esa muerte “no tiene” por que importar (o de que sólo “merece” una aplastante, molesta e irritante indiferencia) ¿por qué? … sí, acertaste una vez más, por que se trata de una mujer (y si es pobre o no conocida, con más “razón” ¿no?); con una muestra más de impudicia y oportunismo políticos.

AGGGGGGGGGGG! AGGGGGG! ¡Carajo!, como detesto a los mierdócratas ….


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Pero, por suerte, no todo está perdido. ¿Por qué? Por que, entre otras muchas razones, todavía existen varias personas y grupos que pelean, viven y trabajan para que esas realidades se terminen o cambien. Sí, todavía existen varias personas y colectivos que coinciden plenamente (y por eso actúan en consecuencia para evitarlo) con lo que alguna vez expresó Martin Luther King:

“NUESTRAS VIDAS COMIENZAN A ACABARSE EL DÍA EN QUE NOS QUEDAMOS EN SILENCIO SOBRE LO QUE VERDADERAMENTE IMPORTA”

(Sumémonos a ellos, el día de hoy podría ser una buena oportunidad para comenzar a hacerlo)