LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

8 sept 2007

DE IZQUIERDA; EN LOS HECHOS Y EN LA COTIDIANIDAD
 
Hoy de repente recordé una de las razones por las que admiro y quiero a uno de mis hermanos y a una de mis mamás (sin que esto signifique que esa razón no aplica o no puede aplicar para el caso de mi otra progrenitora y de mi otro cuate carnal; al contrario; simplemente, en esta ocasión, me centro en los dos primeros). Y recordé esa razón gracias a que vinieron a mi mente dos acciones que ellos realizaron (casi en el mismo día) hace aproximadamente dos semanas.
 
Pues bueno, la razón es la siguiente: ellos son de izquierda (siempre según mi concepto; lo aclaro) y/o actúan de tal forma en distintas ocasiones o momentos del día a día o de la vida cotidiana, lo cual –seguramente- provoca que sus acciones se vean como cuestiones muy simples, sencillas, insignificantes o "faltas de espectacularidad" y que, en consecuencia, mi comentario se llegue a considerar hasta exagerado; pero, realmente, no creo que actuar así (venciendo inercias o "dinámicas" tan establecidas; superando malos hábitos o costumbres tan arraigados o que se resisten a morir; derrotando a la indolencia, a los prejuicios y/o hasta a algunos "instintos naturales") sea tan fácil como se ve, tan fácil como se escucha de diversas bocas (muchas de éstas hipócritas o incongruentes)…
Y se nota que eso no es tan fácil (o tan cierto), desde el momento en que se observa que muchos individuos que presumen ser seguidores fieles o militantes destacados de cierta ideología o corriente de pensamiento (en este caso, de izquierda), o que se llenan la boca de discursos, conferencias o arengas "impregnadas" de esa ideología, realizan o llevan a cabo actos o decisiones muy incoherentes (en el "mejor" de los casos) o muy alejadas no sólo de la ideología en cuestión, sino también de cualquier otra, así como de cualquier dejo de racionalidad y/o de humanidad. En otras palabras, en los hechos -públicos o privados (siendo más importantes los públicos si se tratan de "personajes" de esa naturaleza); de coyuntura o cotidianos; con "difusión comercial" o sin ella- dichos individuos, dan a conocer que tan auténtico (o que tan falso) es su pregonar.
 
Por ejemplo, y sin ignorar la irritante y cínica hipocresía o la monumental incongruencia que caracteriza a muchos prianalistas verdes, militares, "religiosos", "empresarios, etc., y sin dar a entender que lo suyo es peor que lo hecho por los antes mencionados; Andrés Manuel López Obrador ha alabado en diferentes ocasiones (o ha manifestado su preferencia por ellas, o las ha impulsado) a la salud y educación públicas; no obstante ello, optó por mandar a su hijo mayor (José Ramón López Beltrán) a una de las universidades privadas más caras de México (la UDLAP o Universidad de las Américas Puebla) y por recibir a su cuarto hijo (¿Jesús Salvador? López Gutiérrez, cuya mamá es la periodista poblana Beatriz Gutiérrez Mueller) en un hospital particular (Santa Teresa) que es atendido por religiosas y que se ubica en la colonia "proletaria" de Lomas de Virreyes…
¿Por qué no eligió a la Universidad de la Ciudad de México que él fundó? ¿Por qué no escogió uno de los hospitales del Gobierno del DF que él ordenó mejorar y/o abastecer de manera adecuada? ¿Su hijo José Ramón también es un pirruris? … Por el bien de todos... primero la congruencia (antes que la pose)
 
….
 
Bueno, bueno, regresando a la parte principal de esta "entrada", les comento que acciones vinieron a mi mente, que acciones me agradaron:
 
Mi jefa constitucional  encabezó y/o alentó una pequeña "rebelión", un "mini-basta ya" o una "protesta-denuncia" en la delegación del RAN (Registro Agrario Nacional) aquí en Puebla.
(La izquierda, entre otras muchas cosas, entraña protestar –sin miedo, con argumentos- en contra de cualquier injusticia, en contra de cualquier acto o tentativa de discriminación; denunciar cualquier forma añeja de burrocratismo, cualquier acto que sea muy "natural" en la vieja "cultura política" del país; apoyar o emprender cualquier acción que haga que el individuo descubra o recuerde sus derechos, su condición de CIUDADANO y no de súbdito, "borrego" o similar)…
 
Resulta que mi progenitora, con motivo de un trámite, tuvo que hacer fila en la delegación del RAN, le tocó la ficha con el número treinta y tantos (sólo tienen fichas hasta el número 50, cuando llegan a ésta, vuelven a empezar una "ronda"). Algunas personas (con números posteriores) pasaron primero, por accidente o dolosamente, pero no fueron atendidas; se les explicó el por que no se les atendía en ese momento y se les pidió que siguieran esperando. Hasta ahí todo iba bien. Pero, posteriormente, llegaron en carro un par de tipos "semitrajeados", jóvenes, de tez morena clara y pedantes (cabe recordar que la mayoría de las señoras y señores que acuden a las delegaciones del RAN son de estatura baja; ancianos; humildes; morenos; curtidos en el trabajo en el campo; llegan a pie o en transporte público y; visten con huaraches, botas, delantales, sombreros y rebozos). A esos dos tipos, el encargado en turno del módulo de información (el cual es la "primera aduana" en ese sitio), les permitió, de manera descarada y vergonzosamente sumisa, pasar antes, sin importar que 20 personas (mínimo) tenían ya su ficha y que, algunos de ellos, ya llevaban más de una hora esperando.
Luego entonces, aunque varios habían presenciado eso, no empezaron a protestar sino hasta que vieron que mi mamá sumamente molesta empezó a hacerlo. Ella, con firmeza, regañó al elemento de seguridad privada encargado de repartir las fichas, así como al encargado del módulo; les recriminó –con razón- el haberlos dejado pasar simplemente por su apariencia, por su "máscara" de "gente bien", por que les presumieron sus "influencias" (es oportuno expresar que muchos de los trabajadores de esa delegación ven y tratan de forma discriminatoria a la mayoría de las personas que asisten… no sé si no se han visto al espejo…¿pensarán que son escandinavos?) y; gracias a lo anterior, evitó que siguiera el "saltadero" de turnos que ya había comenzado sin pudor alguno.
 
Mi hermano Tobías  fue el que inició (el que dio "el empujoncito") una serie de sinceras y agradables llamadas telefónicas en apoyo de la guapa, talentosa, carismática, tierna y creativa Iliana, quien actualmente es una de las conductoras del canal 32 (un canal de TV, relativamente nuevo, de naturaleza "estatal" y cuya señal corresponde a la empresa de telecomunicaciones Megacable de Puebla)
(La izquierda, entre otras muchas cosas, entraña molestarse por, denunciar con vehemencia, estar en desacuerdo y/o combatir cualquier acto, actitud o expresión que implique algún tipo de violencia en contra de las mujeres o que sea propia del deleznable y cobarde machismo)…
 
Resulta que en el programa que conduce Iliana (en el cual se transmiten distintos conciertos musicales) se permitía (al igual que en otros programas de ese canal) que las llamadas del auditorio "pasaran al aire"; claro, si ese era el deseo de quien estaba hablando desde su teléfono fijo o móvil. En esas llamadas (como muchos saben) se aprovecha para solicitar alguna canción, para mandar saludos, etc. Luego entonces, un día de la semana anterior, cuando Iliana contestó y preguntó –amablemente- que se le ofrecía al interlocutor en turno o en que le podía servir, obtuvo de este tipejo (o tipejos; ya que probablemente no sólo fue uno el deleznable cobarde) una serie de groserías, de insultos, de burlas, de agresiones verbales y de propuestas-órdenes vulgares y con gran connotación sexual (en bola, en el anonimato y a distancia, más "elegantes" no pudieron haber sido…)
Mi hermano, que no tenía mucho de haber encendido la televisión, escuchó todo y/o presenció el incidente. Inmediatamente después, molesto, se dirigió hacia el teléfono para hablarle a Iliana; para tranquilizarla, para darle ánimos, para apoyarla, para recordarle la calaña de esos tipos, para manifestar su indignación, para despotricar contra ellos. Ella se lo agradeció. Poco después,"entraron" más llamadas de apoyo o a favor de Iliana (quien indiscutiblemente se las merece)
 
 
Por lo tanto, ellos me demostraron, una vez más, que es totalmente distinto SER de izquierda (en los "pequeños" y grandes momentos del trajinar diario) que "ser" de izquierda (sólo durante los discursos, durante las grandes concentraciones o durante los momentos históricos de un país o de una sociedad)…
Ojalá nunca deje de saber ello, ojalá les pueda "copiar" ello, ojalá algún día (como alguna vez se le dije a dos mujeres) pueda tener –mínimo- el 10% de su esencia virtuosa con eso, sólo con eso, estaré del otro lado…

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