LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

1 sept 2007

LAS LEYES FUNDAMENTALES DE LA ESTUPIDEZ HUMANA III

UN INTERVALO TÉCNICO

Llegados a este punto, es necesario aclarar el concepto de estupidez humana y definir la dramaris persona (definir a los "personajes del drama o de la obra")

Los individuos se caracterizan por diferentes grados de propensión a la socialización. Existen individuos para quienes cualquier contacto con otros individuos es una dolorosa necesidad. Éstos se ven obligados, literalmente, a soportar a las personas, y las personas se ven obligadas a soportarlos a ellos. En el otro extremo del espectro, se hallan los individuos que no pueden soportar de ningún modo vivir solos, y están dispuestos a pasar el tiempo incluso en compañía de personas que desprecian antes de estar solos. Entre estos dos extremos, existe una gran variedad de situaciones, si bien la gran mayoría de las personas se halla más próxima al tipo que no puede soportar a la soledad que al tipo que no es propenso a las relaciones humanas. Aristóteles reconoció este hecho cuando escribió que “el hombre es un animal social”, y la validez de su afirmación está demostrada por el hecho de que nos movemos en grupos sociales, que existen más personas casadas que solteras o célibes, que se malgasta mucho dinero y tiempo en exasperantes y aburridos cocktail parties, y que la palabra soledad tiene connotaciones negativas.

Tanto si uno pertenece al tipo eremita como si pertenece al tipo mundano, en cualquier caso debe de tratar con la gente, si bien con intensidad diferente. De vez en cuando también los eremitas se encuentran con personas. Además, uno se pone en relación con los seres humanos incluso evitándolos. Lo que podría haber hecho por un individuos o por un grupo, y no lo he hecho, representa un “coste-oportunidad” (es decir, una ganancia frustrada o una pérdida) para aquella persona concreta o grupo concreto. La moraleja es que cada uno de nosotros tiene una especie de cuenta corriente con cada uno de los demás. De cualquier acción, u omisión, cada uno de nosotros obtiene una ganancia o una pérdida, y al mismo tiempo proporciona una ganancia o una pérdida a algún otro. Las ganancias y las pérdidas pueden ser ilustradas oportunamente por una gráfica, y la figura 1 muestra la gráfica base utilizable para este fin.

La gráfica se refiere a un individuo, al que llamaremos Ticio. El eje de la x mide la ganancia que Ticio obtiene con su acción. El eje de la Y muestra la ganancia que otra persona, o grupo de personas, obtiene como consecuencia de la acción de Ticio. La ganancia puede ser positiva, nula o negativa; una ganancia negativa equivale a una pérdida. El eje de la X mide las ganancias positivas de Ticio a la derecha del punto 0, mientras que las pérdidas de Ticio son anotadas a la izquierda del punto 0. El eje Y, por encima y por debajo respectivamente del punto 0, mide las ganancias y pérdidas de la persona, o grupo de personas, con quienes Ticio está relacionado.


FIGURA 1

Para aclarar las cosas, pongamos un ejemplo hipotético refiriéndonos a la figura 1. Ticio realiza una acción en la que implica a Cayo. Si Ticio consigue una ganancia por su acción y a Cayo esta misma acción le reporta una pérdida, la acción ha de ser registrada en la gráfica con un signo que aparecerá en algún punto del área M.

Las ganancias y las pérdidas pueden ser registradas en el eje de las X y de las Y en dólares, francos o liras, como se quiera, pero deben incluirse también las recompensas y las satisfacciones psicológicas y emotivas, y los estrés psicológicos y emotivos. Estos son bienes (o males) inmateriales y, por lo tanto, difíciles de medir con parámetros objetivos. El análisis del tipo costes- beneficios puede ayudar a resolver el problema, aunque no completamente; pero no quiero aburrir al lector con detalles técnicos: un margen de imprecisión puede afectar a la medición, pero no afecta a la esencia del argumento. En todo caso, un punto debe quedar claro. Al considerar la acción de Ticio, y al valorar los beneficios a las pérdidas que Ticio obtiene, se debe tener en cuenta el sistema de valores de Ticio; pero para determinar la ganancia o la pérdida de Cayo es absolutamente indispensable tomar como referencia el sistema de valores de Cayo, y no el de Ticio. Con demasiada frecuencia se olvida esta norma de fair play, y muchos problemas surgen precisamente del hecho de que no se respeta este principio de conducta cívica. Recurramos una vez más a un ejemplo trivial. Ticio da un golpe en la cabeza a Cayo y obtiene por ello una satisfacción. Tal vez Ticio sostenga que Cayo es feliz por haber recibido un golpe en la cabeza. Pero es muy posible que Cayo no sea de la misma opinión. Es más, puede que Cayo considere que el golpe en su cabeza ha sido un desagradabilísimo incidente. Si el golpe en la cabeza de Cayo ha sido una ganancia o una pérdida para Cayo, es Cayo quien debe decidirlo, y no Ticio.

Continuará...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario