LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

17 mar 2007

I HAD A DREAM...



Soñé que las mujeres nunca más fueron violadas.

Soñé que las mujeres nunca más fueron golpeadas.

Soñé que las mujeres nunca más fueron torturadas o violentadas ni física, ni verbal, ni psicológica, ni espiritualmente.

Soñé que las opiniones, las ideas, las expresiones, las admirables acciones y los sentimientos de las mujeres nunca más fueron ignorados, minimizados, puestos en segundo término, desdeñados o ridiculizados “por default”

Soñé que nunca más se consideró (ni siquiera se insinuó) que las “únicas” y “auténticas” “virtudes” de las mujeres debían ser la obediencia incondicional, la sumisión y el silencio.

Soñé que las mujeres nunca más fueron insultadas, amenazadas, atacadas o asesinadas por el simple hecho de ser mujeres.

Soñé que las mujeres triunfaban en su trabajo y que ese éxito no se le atribuía a que “andaban” con el jefe o a que se habían “revolcado” con todos los que les “convenía revolcarse”.

Soñé que a las mujeres nunca más se les negó el acceso o ingreso a cualquier ámbito o espacio del quehacer humano (y que, así mismo, nunca más se les impidió o criticó por destacar en esos distintos ámbitos)

Soñé que se terminaban para siempre los comentarios prejuiciosos, las “ideas” preconcebidas, los “chistes”, los estereotipos, las creencias y las actitudes que discriminan, ofenden o humillan a las mujeres.

Soñé que las mujeres, por trabajos iguales, nunca más recibieron menos dinero que sus compañeros.

Soñé que a las mujeres nunca más se les inventaron y “reinventaron” trabas para obstaculizar o evitar su ascenso en sus trabajos.

Soñé que las mujeres nunca más fueron acosadas u hostigadas sexualmente.

Soñé que las labores desempeñadas por las mujeres, o que los puestos ocupados por ellas, nunca más se consideraron de tercera o cuarta categoría o “muy fáciles”

Soñé que las mujeres nunca más fueron vistas como simples “objetos sexuales”, como “objetos” que tenían que complacer a “sus hombres” cuando, donde y como éstos ordenaran.

Soñé que las mujeres de todo el mundo nunca más se vieron sometidas a la detestable y sanguinaria ablación (extirpación del clítoris así como de los labios mayores y menores)

Soñé que las mujeres nunca más fueron “vendidas” o “cambiadas” por animales, maíz, etc.; como si se trataren de mercancías desechables.

Soñé que a las mujeres nunca más les “arreglaron” matrimonios o las comprometieron con los tipos que eran “adecuados” para ellas.

Soñé que los cargos de elección popular y/o de servicio público nunca más les fueron, cínica o tramposamente, “escamoteados” a las mujeres.

Soñé que un mayor número de países empezaron a ser MUY BIEN gobernados por las mujeres realmente valiosas, admirables y capaces que existen.

Soñé que las mujeres nunca más fueron privadas de la educación media superior o de la superior por “razones” como: “para que estudias, si al fin te vas a casar, que te mantenga tu marido” ó “para que estudias, de que te va servir, si tú como mujer lo que debes aprender es a cocinar, planchar, lavar, etc.”

Soñé que algunas mujeres nunca más transmitirían, reproducirían, avalarían, solaparían, permitirían, aplaudirían o fomentarían los “valores”,”conocimientos” y dinámicas de la “cultura” machista y/o misógina.

Soñé que ninguna mujer, nunca más, cometería actos abominables similares o parecidos a los cometidos por varios hombres a lo largo de la historia.

Soñé que algunas mujeres nunca más sentirían envidia por otras y que, debido a ese y a otros motivos, nunca más serían las primeras en atacar, insultar, traicionar, abandonar o “aplastar” a otras mujeres.

Soñé que las mujeres que disfrutan abierta y responsablemente su sexualidad nunca más fueron calificadas como unas “pervertidas”, “degeneradas”, “enfermas”, “pecadoras”, “calenturientas” o “putas”

Soñé que las mujeres nunca más fueron “satanizadas” o “estigmatizadas” por haber decidido someterse a un aborto.

Soñé que las mujeres lesbianas, bisexuales, travestis y transexuales nunca más fueron consideradas unas especies de monstruos, seres “contranatura”, unas “indeseables marimachas” o unos “entes dignos de exterminio”.

Soñé que las mujeres nunca más serían consideradas “menos mujeres” y/o que nunca más serían “pobreteadas”, por el hecho de no poder, o de no querer, tener hijos.

Soñé que las mujeres nunca más serían consideradas “menos mujeres” y/o que nunca más serían “pobreteadas”, por el hecho de no tener, o de no querer tener, una pareja (sentimental, afectiva y/o sexual)

Soñé que las mujeres nunca más serían obligadas a tener un hijo por “motivos religiosos” o “pseudo-cristianos” (“no importa que sea resultado de una violación” o “no importa que pueda nacer muerto y que provoque tu muerte, hijita. Tú debes de tenerlo por que es la voluntad de Dios”)

Soñé que las mujeres nunca más fueron prostituidas y/o esclavizadas sexualmente.

Soñé que las mujeres nunca más fueron tomadas como “botín” de guerra (internacional o civil), como “botín” de conflicto social o como “medio satisfactor de venganzas” dentro de disputas que se den entre individuos, grupos o clases.

Soñé que las mujeres que se dedican a la prostitución, POR DECISIÓN COMPLETAMENTE PROPIA (no creo que pueda agregarse: “…. o por puro gusto"), nunca más se les consideró un simple “pedazo de carne” que no tiene derecho a opinar, a expresarse, a anhelar, a sentir o a poseer derechos. Es decir, ellas serían para siempre las únicas beneficiarias y jefas de su oficio u ocupación.

Soñé que ninguna mujer, nunca más, sería considerada una simple “extensión”, “derivación”, “sombra” o “posesión” de su pareja del sexo masculino. Es decir, se acabaron para siempre las mujeres que por disposición legal o cultural (involuntariamente, en otras palabras) se convertían automáticamente –para todos los ámbitos- en la “señora de Hernández”, en “la señora de Rodríguez”, en “viuda de Regordosa” o en “la viuda de Juárez”.

Soñé que los eventos deportivos, culturales, artísticos, académicos, políticos, etc. de las mujeres nunca más fueron denostados, “acallados” o ignorados. Es decir, que nunca más fueron considerados como “cuestiones menores” o como “cosas exclusivas del viejerío

Soñé que se incrementó (tanto cuantitativa como cualitativamente) la cantidad de sacerdotisas, pastoras, rabinas, profetas, ministras, presbíteras, etc.

Soñé que las mujeres activistas y políticas nunca más tuvieron que celebrar jornadas, eventos, convenios o pactos –pro o con motivo de la equidad de género- ante o con la “obligatoria” presencia de tipos (tipejos precisaría yo) que ¡uy! como se han distinguido por su feminifilia (por ejemplo, el despreciable Gamboa Patrón)

Soñé que las mujeres nunca más tuvieron que conformarse o atenerse a una sola jornada (un 08 de marzo de cada año) para que fueran reconocidas, valoradas, respetadas y llenas de elogios.

Soñé que las niñas, los niños, las adolescentes y los adolescentes nunca más tuvieron que sufrir a causa de los asquerosos y repugnantes pederastas.

Soñé que las políticas públicas; los programas gubernamentales; los planes de desarrollo -nacionales, estatales o municipales-; las legislaciones y los presupuestos nunca más carecieron de la denominada perspectiva de género.

Soñé que se terminaban para siempre el machismo y la misoginia, y que nunca más existirían los y las machistas, ni los y las misóginas.

Soñé que todos los y las que cometieron delitos en contra de las mujeres fueron efectivamente castigados. Es decir, “el Estado machista” y “la sociedad machista” llegaban a su fin.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario