LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

19 feb 2013

POLICIAS COMUNITARIAS

En diferentes comunidades o poblaciones de Guerrero, Oaxaca, Estado de México y Michoacán, así como de Veracruz, Morelos, Chihuahua y Jalisco, han empezado a organizarse y funcionar las llamadas policías comunitarias. Cuerpos de seguridad populares, integrados por los vecinos, con la legitimación que les dan sus usos y costumbres, la convivencia diaria, la cercanía fraterna y el hartazgo a la ineficiencia o corrupción de distintos gobiernos y de los cuerpos del orden (o desorden más bien) de éstos. Los antecedentes recientes de estas policías comunitarias están en la Comuna de Cherán, Michoacán. Si nos vamos más atrás, 18 años para ser exactos, tenemos las bases de las mismas en el Estado de Guerrero, Estado siempre rebelde, que nunca ha gustado de las cadenas o sumisiones eternas (recordemos a Vicente Guerrero, a Lucio Cabañas, a Genaro Vázquez)

Una de las funciones principales del Estado y del órgano ejecutor de éste, el gobierno, es la de brindar seguridad y protección a sus ciudadanos. ¿Pero qué sucede cuando renuncian a cumplir con esa obligación? ¿Qué pasa cuando se desentienden o pervierten esa función, entrenando cuerpos de represión en lugar de cuerpos de protección? Pues, entre otras cosas, pasa y sucede lo que está sucediendo y pasando: aparición de policías comunitarias. Tal vez la existencia de éstas no sea lo ideal; lo ideal sería que no hubiera gobiernos corruptos y flojos y que la población pudiera recibir los servicios de buena calidad que merece y paga, así de sencillo, pero, ante la falta de todo eso, considero a estos cuerpos de seguridad populares una respuesta necesaria, de sobrevivencia digna.

Claro que a diferentes gobiernos les molesta, les preocupa o hasta asusta la aparición de este tipo de policías. Alegan que sus motivos de preocupación son el evitar que grupos paramilitares abunden o que ya hay mucha violencia como para agregarle más leña al fuego o más municiones al balaceo. Una vez más son mentirosos, manipuladores. La Historia demuestra que son los gobiernos más corruptos, asesinos y perversos los que crean, organizan y arman a los grupos paramilitares (formados generalmente por antiguos policías o soldados y por los pistoleros de los caciques de la región en turno) para acabar con guerrillas o con grupos opositores a despojos y abusos. Estas policías comunitarias no van contra la guerrilla, no sirven a una empresa o persona en particular. Luego, sí, hay mucha violencia, pero gran parte de la misma está relacionada con los narcos y es alimentada a conveniencia de las mafias gobernantes. Se ha desatado tanto que ahora no respeta ni a niñas, niños, mujeres u hombres no involucrados en narcotráfico. Esa narcopolítica violencia ha vuelto uno de sus principales objetivos a comunidades o pueblos enteros con recursos naturales que, precisamente, se han cansado, con justa razón, de tanto abuso, agresión, amenaza y se han tenido que armar de diversa forma. Es decir, en donde están surgiendo las policías comunitarias hay víctimas, cansancio por sufrimientos continuos y prolongados; no quieran ahora hasta transformarlos en los malos del cuento, en personas que sólo de un día para otro se les ocurrió volverse un maligno ejército.

Y tampoco es conveniente que esas comunidades permitan que se reglamenten en exceso sus policías, que caigan en una gran maraña y limitaciones de leyes, reglamentos, requisitos y similares, ya que esa es otra trampa de los distintos gobiernos. Recuerden que revolución que se institucionaliza se vuelve PRI, que la rebeldía en exceso reglamentada es burocracia en ebullición y burocracia en ebullición es revolución congelada.

Seamos todavía más claros, a distintos gobiernos, federal o ciertos estatales o municipales, sin importar de qué partido o grupo provienen, les molesta o asusta todo este fenómeno porque 1) Se pone aún más en evidencia su ineficacia y corrupción;

2) Siguen perdiendo funciones importantes o primarias del Estado, que debieran ejercer adecuadamente y, en consecuencia, pierden poder o control y respaldo popular;

3) Un levantamiento popular armado, la ansiada nueva revolución, toma más fuerza, siembra sus primeras semillas y;

4) Cada vez más personas y pueblos o comunidades enteras se dan cuenta de su autosuficiencia, de su mayoría de edad y de la fuerza de la real y productiva unión, de que pueden prescindir en distintas cosas de los gobiernos, de los partidos políticos, de la forma podrida de hacer política, de liderazgos autoritarios. Es decir, se lleva a la práctica una real anarquía o un colectivismo auténticamente democrático o una Zapatacización/Cheranización/i> de la República Mexicana.

Eso es lo que les preocupa y hace temer a las élites mafiosas; que el México bronco se siga despertando y que el pueblo por fin se arme, y no sólo con rifles o pistolas, sino con conciencia y espíritu, con ansias enormes de libertad y justicia.

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