LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

9 nov 2015

PÚBLICOS Y COMUNITARIOS, MEDIOS HERMANOS EN LA DEMOCRATIZACIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA

PÚBLICOS Y COMUNITARIOS, MEDIOS HERMANOS EN LA DEMOCRATIZACIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA

Los medios de comunicación son muy influyentes; ejecutan actividades y servicios vitales para la sociedad contemporánea, los cuales, en el caso de la amplía mayoría de los medios privados, son regidos exclusivamente por el ánimo de ganancias económicas o políticas; razón por la cual en este ensayo se propuso la consolidación y mejoramiento, a la par, unidos en un Sistema integral y autónomo (explicado), de los medios públicos y comunitarios. Igualmente, se analizaron y plasmaron denominaciones; definiciones; características; obligaciones y; contribuciones positivas a la democracia de ambos grupos de medios. También se incluyeron acciones y medidas, basadas mayormente en prácticas y derecho comparados latinoamericanos, enfocadas a lograr una comunicación e información populares, desprivatizadas y revolucionarias; de, para y por todos; con lo cual se podrán y deberán romper, en vivo y en directo, las cadenas de la ignorancia, desigualdad y manipulación, así como no permitir más mentiras que gritan y verdades calladas.


Y vamos al aire en 5, 4, 3, 2, 1…

En el siglo actual los procesos democratizadores reales, profundos y duraderos de los distintos países del planeta están teniendo lugar, y seguirán desarrollándose, en dos grandes escenarios o campos de batalla: 1) el de la sexualidad y 2) el comunicacional. En el primero la lucha es por los cuerpos; en el segundo, por las mentes y almas. El presente trabajo aborda un tema fundamental relacionado con ese segundo campo de batalla.

Es innegable la importancia e influencia de los medios de comunicación, principalmente electrónicos, en el mundo de hoy. Tampoco se puede ignorar que muchos de esos medios (preponderantemente los privados) han hecho mal uso de esa influencia o la han desperdiciado en más de una forma (mayoritariamente los públicos). Al mismo tiempo, los medios comunitarios o alternativos, integrantes del llamado tercer sector o sector social de la comunicación, no han podido alcanzar toda la trascendencia y peso que han deseado obtener y que una sociedad libertaria requiere.

Los medios públicos de comunicación, vinculados ampliamente con instituciones y Poderes del Estado mexicano, han echado por la borda diversas y valiosas oportunidades para contribuir y acelerar el proceso de democratización de la sociedad destinataria de sus contenidos. Esas pérdidas de oportunidades, en muchos casos, han sido por negligencia o falta de visión/capacidad de los responsables de dichos medios; en otras ocasiones, peor aún, han sido adrede, producto de una voluntad sin escrúpulos o facciosa.

El Estado mexicano en lugar de fortalecer y mejorar a “sus” medios (en verdad debieran ser de todos los habitantes de esta nuestra Patria) – vía prácticas democráticas y de gran calidad; presupuesto y legislación adecuadas - ha preferido abandonarlos a su suerte o, en el peor de los casos, consolidar la hegemonía ventajosa de los medios privados o comerciales. Dicha consolidación la ha auspiciado a través de medidas legales e ilegales. Ese apoyo o favoritismo para con los medios privados, por parte de diversos gobiernos (representantes y ejecutores jurídicos del Estado), les ha proveído a estos últimos una serie de beneficios económicos y políticos, ciertamente limitados o engañosos, los cuales, al final de cuentas, son mucho menores a los perjuicios de toda índole causados en distintas generaciones de mexicanos quienes, en lugar de información, han absorbido vasta propaganda y enajenación y, además, han sido receptores esclavos de una “comunicación” de una sola voz, oyentes “castrados” de una sola forma de contar la historia de su nación y de sus vidas; historia, nación y vidas que cada vez más le son ajenas.

En otras palabras, diferentes gobiernos – federales, estatales y municipales - han actuado en complicidad con empresarios mediáticos con el fin de alimentar, constantemente, la gula por privilegios de los medios comerciales, dejando morir de hambre a los medios públicos y no invitando a la mesa, es más, considerándolos unos despreciables mendigos no merecedores del banquete, a los medios comunitarios.

Consecuencias condenables de lo anterior fueron las marcadas indiferencias, persecuciones judiciales y satanizaciones que, hasta hace muy poco, han ejercido o manifestado, respecto a los integrantes de la comunicación social, tanto diversas instituciones del Estado como dueños y voceros de los medios de comunicación privados.

Con esas políticas públicas, o ausencia de ellas, en materia de medios comunitarios, así como con esas actitudes y seguimiento de reglas no escritas carentes de justicia y talante democrático, el Estado y los medios públicos mexicanos han dejado pasar una gran oportunidad de hacer una alianza fuerte y de beneficio colectivo con los medios alternativos. Ambos grupos de medios poseen más puntos en común que los que han aceptado o descubierto; los medios públicos y comunitarios comparten, en gran medida, una considerable cantidad de objetivos; ideales; principios; calidad y perfiles de contenidos y; aportaciones positivas a la sociedad mexicana.

La reforma constitucional de 2013 en materias de radiodifusión y telecomunicaciones abrió un esperanzador y deseable camino en el tema; camino que se recorrió con varios pasos hacia atrás con la aprobación de la respectiva legislación secundaria. Uno de los pocos frutos rescatables de esa legislación es la creación del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SIPREM u, oficialmente, SPR), el cual debe ir mucho más allá, hasta lograr conjuntar de manera adecuada, inteligente, sagaz y útil para nuestro país a los medios públicos (renovados y mejorados) con los comunitarios (fortalecidos y respetados).

CONTINÚA...





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