LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

9 nov 2015

PÚBLICOS Y COMUNITARIOS, MEDIOS HERMANOS EN LA DEMOCRATIZACIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA PARTE VI

La civilización democrática se salvará únicamente si hace del lenguaje de los medios una provocación a la reflexión crítica, y no una invitación a la hipnosis.
Paráfrasis de UMBERTO ECO. Escritor, filósofo y comunicólogo italiano.


En nuestros mundo y país la información y el conocimiento son poder; gobernar se ha vuelto también comunicar; lo que no se nombra no existe; la realidad apantalla y las pantallas crean realidad y; lo que se maldice se condena. Luego entonces, los medios de comunicación son muy importantes elementos contemporáneos de una sociedad, desarrollando un servicio de interés y trascendencia pública, siendo valiosos y efectivísimos instrumentos, ya sea de liberación/democratización, ya sea de dominación/autoritarismo.

Todos los medios de comunicación masiva o hacia afuera, o que buscan ejercer una comunicación de esa clase, por este objetivo primario, tienden a ser sociales, públicos o comunitarios. Una característica determinante para diferenciarlos y clasificarlos en tres grandes grupos o sectores (público, comunitario y privado) es si tienen o no un ánimo supremo de lucro o ganancia económica. Los medios públicos y comunitarios empiezan a converger desde ese elemento clave, ya que no persiguen obtener un lucro con sus servicios y actividades. Así mismo, comparten otras cualidades, objetivos, visiones y retos.

Los medios públicos y comunitarios tienen que ser bien nombrados y bien definidos para, posteriormente, ser bien regulados, apoyados y desarrollados. Nunca más deben ser extensiones indignas, o voceros sumisos, de los gobiernos en turno o de los poderes fácticos; nunca más deben ser perseguidos, atacados, callados, desperdiciados o condenados a desaparecer.

Ambos grupos de medios tienen que unirse; respetarse y colaborar entre sí; evolucionar y mejorar profundamente a la par y; contribuir decididamente a la democratización de México, constituyéndose en vehículos idóneos y complementos populares de provechosas artes, educación y cultura.

El Sistema Mexicano de Comunicación (SIMECOM) es el lienzo libertario y pro libertades; eficiente sí, no eficientista, sobre el cual se propone pintar ese nuevo panorama de comunicación y medios mexicanos.

Un elemento fundamental para el buen desempeño de los medios públicos y comunitarios es la libertad o autonomía (en amplio sentido), misma que se encuentra estrechamente vinculada con otros dos aspectos importantes: el financiamiento y la real competencia/diversidad, ambos factores claves para la permanencia con calidad y buenos frutos de dichos medios. Éstos deben obtener o recibir recursos a través de diferentes mecanismos inteligentes y legítimos, pero sin dejar de ser honestos e independientes, no dejándose vencer por la censura ajena o propia. Asimismo, se debe incentivar el aumento en cantidad y, principalmente, en calidad de los medios en cuestión; nunca más una multiplicidad de medios que sólo sean distintos rostros de una misma voz; nunca más un pensamiento único que acapare todos o casi todos los canales de expresión.

Demos la bienvenida a la comunicación democrática y revolucionaria, despidamos a la canalla dictadura mediática. Busquemos y luchemos por la verdad y las subjetividades honestas, enriquecedoras; combatamos y enterremos a la falsedad y a las “objetividades” que toman partido por la denigración, el engaño y la manipulación. Ya no confundamos - ni toleremos las consecuencias de ello - libertad de expresión con impunidad en la difamación; libertad de prensa con libertad de empresa mediática; ya que los derechos no deben ser mercancías y los negocios no deben convertirse en mafias políticas. En el tema, tampoco leyes mordazas ni leyes de la selva.

Más y mejores medios públicos y comunitarios igual a menos de lo peor de la oligarquía comunicacional. Debemos entrar de lleno a una época libertaria, de gran calidad y de protagonismo popular de los medios de comunicación, dejando atrás la etapa de la oscura intermediación de nuestros procesos comunicacionales e informativos. Ya no más matrimonios enfermizos entre los medios y los gobiernos ni eternos divorcios violentos entre los mismos; mucho menos que los pueblos sean los hijos mudos que paguen por ello; todavía más allá, que dichos pueblos ya no sean considerados menores de edad en el tema. Aterricemos pues, plenamente, con capacitación y concientización, haciendo buen uso de los avances tecnológicos multiplicados y de los espacios recuperados, en un siglo XXI de masivos periodismo/comunicación ciudadanos que sean profesionales y de masivos periodismo/comunicación profesionales que nunca dejen de ser ciudadanos.

Interacciones humanas duraderas y de gran calidad; así como una sociedad más sensible, noble, lúcida y libre no sólo son deseables, sino posibles. Para lograrlas es sumamente determinante democratizar a la comunicación. Públicos y comunitarios son excelentes medios para alcanzar dichos fines.

Un principio básico de toda auténtica y funcional democracia es una persona-un voto; otro de aún mayor trascendencia debe ser: Todas las voces-ningún silencio.

Luchemos hasta conquistarlo; que las siguientes generaciones puedan hablar, mucho y bien, de y por nosotros.

CONTINÚA A ÚLTIMA PARTE...

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