LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

9 nov 2015

PÚBLICOS Y COMUNITARIOS, MEDIOS HERMANOS EN LA DEMOCRATIZACIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA PARTE IV

Un medio de comunicación libre, sin importar su denominación, naturaleza u origen ideológico, puede ser bueno o malo, pero sin libertad, un medio de comunicación siempre será malo.
Paráfrasis de ALBERT CAMUS. Escritor francés.


Tanto los medios públicos (patrios) como comunitarios (de colectivos populares) de comunicación requieren de manera prioritaria, para su correcto y sano funcionamiento y para poder ser en verdad socialmente útiles, contar con auténtica libertad o independencia en su administración, operación y, sobre todo, en la emisión de sus contenidos (criterios editoriales). La búsqueda y transmisión de la verdad y de real información oportuna y necesaria; así como preferir el bienestar y los intereses colectivos sobre los individuales o sectarios; son dos de las guías y responsabilidades fundamentales que deben acompañar a esa libertad o autonomía. Retomaré líneas más adelante este importantísimo punto en común de ambos grupos de medios.

Las dos clases de medios comunicacionales aludidos en el párrafo anterior también comparten el ser idóneos instrumentos de una democratización, de un mayor y mejor acceso colectivo a la cultura, las artes y la educación con valores éticos universales y de verdadero progreso, que desarrollan capacidades, habilidades y personalidades positivas. Así mismo - bien usados, claro está - son excelentes plataformas para el diálogo y debate plurales; enriquecedores escenarios para la reflexión, los acuerdos y la generación de soluciones grupales.

Igualmente facilitan, y deben ahondar en ello, que cada vez más un mayor número de mujeres y hombres tomen las riendas de los elementos comunicacionales – y de poder- de sus vidas cotidianas, de su convivencia y de los proyectos de gran trascendencia para su existencia; contribuyendo así a una “desmitificación” del micrófono, las cámaras y la imprenta, terminando con el “endiosamiento” de locutores, conductores y periodistas (con y sin comillas); “endiosamiento” éste nada admirable ni deseable, porque es muy elitista; antipopular; consolidador de privilegios y monólogos y; productor de otro tipo de inmunidad/impunidad (el fuero mediático).

Medios públicos y comunitarios también están obligados a ser transparentes; a rendir cuentas - de manera efectiva, creíble, eficiente y comprobable - tanto de sus dineros (y no sólo por el que reciban proveniente de todos nosotros, del erario) como de sus actividades, proyectos, programas y contenidos (los cuales deben ser socialmente provechosos y éticamente congruentes); a ser vehículos y transmisores de todas las voces; a combatir (hasta acabar) todo tipo de violencia, toda clase de discriminación y todos los antivalores contrarios a la democracia, las libertades, los derechos, la justicia y la dignidad.

Sumado a lo que antecede, y de acuerdo con un cuadro (3)de indicaciones democráticas progresistas en materia de leyes y políticas públicas relacionadas con medios de comunicación, el cual fue elaborado por el periodista colombiano, Director del Programa de Comunicación de la Fundación Friedrich Ebert, el profesor universitario Omar Rincón, en colaboración con Martín Becerra (de Argentina) y Gustavo Gómez (de Uruguay), los medios públicos y comunitarios sí deben ser favorecidos e incrementados considerablemente a través de una promoción y apoyo fuertes de parte del Estado (caso de Uruguay) o; con un financiamiento obtenido del cobro de licencias a medios comerciales y sistemas de cable o a telefónicas (como en el caso de Colombia y Estados Unidos); sin que ello implique tolerar que los gobiernos intervengan o controlen sus contenidos o que les impongan valores religiosos o de una sola ideología.

Luego entonces, los medios públicos y comunitarios pueden y deben recibir dinero, por diferentes conceptos, proveniente de los erarios (que al final de cuentas también es suyo, nuestro; terminemos con la cultura patrimonialista del poder) y de particulares, con condiciones o bajo ciertas reglas y mecanismos que propicien la buena utilización y la adecuada aplicación de los recursos, así como la estabilidad/expansión e independencia de dichos medios.

En la materia se tienen que dejar definitivamente en el pasado el “no te pago y sí te pego” y el “no te pago para que me pegues”; superar igualmente el distorsionado “el que paga, manda”, además de los “te pago para que no me pegues ni con el pétalo de una crítica” y “te pago para que pegues por mí”; para llegar al “te pago, no te pego” y al “pégame cuando lo merezca, pueblo y verdad mandan”.

Paradójicamente, en este siglo XXI, al contrario del pasado, la batalla comunicacional tiene en ciertos Estados y gobiernos a algunos de sus mejores aliados y combatientes, los cuales están ubicados en la correcta trinchera; la de defensa y fortalecimiento de auténticas libertad de expresión, democracia, información y disponibilidad o acceso a ésta última. Algunos ejemplos de esos gobiernos - Uruguay, Ecuador, Venezuela, Bolivia y Argentina - se encuentran en nuestro continente americano o Patria Grande y se destacan por haber roto con el monopolio de la verdad y de la libertad absolutista para publicar o manifestar, así como con la creencia de infalibilidad, que ejercían y se adjudicaban, respectivamente, los medios comerciales. Asimismo, esos gobiernos terminaron con las ayudas y alianzas corruptas y cínicas que sus antecesores tuvieron con dichos medios.

Lo anterior para nada significa que se crea que deben ser eliminados todos los medios privados de comunicación o que los Estados/gobiernos tienen que controlar, dirigir y operar - con mano dura autoritaria - a los medios públicos y comunitarios. Significa que en este tema, como en otras áreas, se consideran y acreditan como necesarias tanto una pertinente intervención-regulación del Estado como la participación organizada, consciente, masiva y libertaria de la sociedad.

También se refuerza lo expresado hasta el momento sobre autonomía de medios; fortalecimiento y unión ejemplares de los medios comunitarios y públicos y; participación activa, demócrata (a favor de libertades y no fascista) del Estado en el asunto; al leer y oír cuestiones como las que señalan atinadamente el periodista y galardonado ensayista español Pascual Serrano y el también español, activista, actual eurodiputado, politólogo con master en comunicación política y tertuliano/conductor de televisión, Pablo Iglesias Turrión:

El primero de los mencionados indica con precisión que “(…) en una economía capitalista, lo que no regula el poder público, no es que se quede más libre, sencillamente lo regula el mercado, que es un poder menos legítimo que el poder que legisla leyes.” Continúa diciendo: “Las leyes de prensa a las que hace referencia Pablo Iglesias en América Latina, y de las que bien podemos aprender mucho en Europa, no son ningunas leyes mordaza”. Inmediatamente complementa: “Al contrario, quienes tienen y utilizan la mordaza son el oligopolio de grandes grupos de comunicación que establecen quién sale en pantalla, quién habla en el micrófono
y quién escribe en los periódicos.”
Precisa oportunamente que: “Ningún Estado ni ningún Gobierno le está diciendo a los medios los contenidos que deben incluir (…) (4)”.

Igualmente manifiesta que ”(…) adecuada legislación no tiene que suponer mayor poder sobre los medios para el Gobierno, ni siquiera sobre los medios públicos. Al contrario, puede dotar de instituciones ciudadanas y profesionales que supervisen la pluralidad y el equilibrio de los medios públicos.” Hace del conocimiento público que esas instituciones ya están funcionando en América Latina: “(…) se trata de consejos profesionales independientes que se pronuncian sobre los contenidos y pueden proponer sanciones administrativas por falsedad, racismo, homofobia, atentados contra la intimidad u otras acciones indeseadas de los medios.” Enuncia el objetivo de las mismas: “Sin duda se trata de una forma de poner coto a la televisión basura que tanto se denuncia pero nadie se atreve a enfrentar.” Remata dichas ideas expresando lo siguiente acerca del poder mediático: “(…) nacido y presentado como un cuarto poder que iba a regular los otros tres, se ha convertido en el menos democrático y legítimo de todos porque solo responde al dinero y a los intereses de sus accionistas, prestamistas y anunciantes.” (5)

Mientras tanto, Pablo Iglesias nos dice con contundencia y tino que “(…) la comunicación es un derecho; todo derecho que se privatiza deja de ser un derecho y se convierte en un privilegio”. Y también menciona “Es antidemocrático que los grandes medios de comunicación sean propiedad privada de multimillonarios. Un millonario no tiene los mismos intereses que tú y que yo, va a defender los suyos con sus medios de comunicación”; finalmente nos advierte que “Si consentimos que los medios de comunicación estén en manos de los poderosos, nos están robando la democracia”. (6)

Por ende, no es un error ni una manipulación afirmar que la defensa y robustecimiento de la libertad - bien ejercida - de los medios públicos y comunitarios son asuntos que influyen bastante en la calidad de vida de una sociedad, siendo también de vital importancia para su democracia; determinando en gran medida la existencia, desarrollo, perfeccionamiento y hasta supervivencia de la misma. Un ejemplo de esto último lo tenemos en el episodio de golpe de Estado fascista en Venezuela de abril de 2002, en el cual intervino de manera protagónica y condenable el conglomerado de medios privados; golpe de Estado que fue revertido, en gran medida, por la labor y el arrojo de los medios comunitarios y públicos, los cuales fueron pieza importante para evitar el inicio de una cruel dictadura, constituyéndose en excelentes redes y cajas de resonancia de un Pueblo que salió a recuperar sus libertades y a restituir el orden constitucional.

(3)Omar Rincón, “La lucha por el relato de los medios de comunicación en América Latina” en Friedrich Ebert Stiftung. Oficina México (sitio web), modificado 21 de marzo de 2013, consultado 22 de diciembre de 2014, http://www.fesmex.org/common/Documentos/Ponencias/La_lucha_por_el_relato_del_poder_OmarRincon_Apr2013.pdf

(4)Pascual Serrano, “Pablo Iglesias y el control público de los medios,” El diario.es, 05 de julio de 2014, consultado 22 de diciembre de 2014, http://www.eldiario.es/zonacritica/Pablo-Iglesias-control-publico-medios_6_277932223.html [Énfasis añadido].

(5)Serrano, “Pablo Iglesias y el control público de los medios.” [Énfasis añadido].

(6)“Pablo Iglesias Turrión en Venezolana de Televisión VTV. Artistas chavistas. Toda Venezuela,” Video de You Tube, 58:51, publicado por “sucreranda Hugo Chávez Venezuela”, 28 de marzo de 2013, http://www.youtube.com/watch?v=CdaD55PCYvw [Énfasis añadido].

CONTINÚA...

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