LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

15 oct 2008

POBREZA Y MISERIA

La pobreza "física" es la que ha recibido por años toda la atención de los medios de comunicación, de la academia y de los sectores de la sociedad civil interesados o preocupados por el tema. Dicha pobreza, la de índole material, la referente a las precarias o nulas condiciones socioeconómicas que lamentablemente padecen muchos individuos, es un tópico del que se han ocupado profusamente libros, ensayos, investigaciones, conferencias, seminarios, programas de televisión y radio, cátedras y políticas públicas de corte social.

No critico lo anterior, no condeno que ello sea así; al contrario, soy uno más que considera que el tema en cuestión requiere todavía mayor atención (y más sincera y de mejor calidad). Sin embargo,aunque sea díficil de creer, existe una pobreza más lacerante, más insultante, más indignante, más destructiva: la espiritual, la referente a los valores y principios...la cual, en caso de varios malandrines,se torna en una auténtica y soberbia miseria.

La segunda clase de pobreza a la que me he referido es indiferente a la primera; manipula a ésta en toda ocasión (más en tiempos de campañas electorales);la explota; la humilla o sobaja; la aumenta o "fomenta" ya sea mediante mezquinas y/o dogmáticas (provenientes del Consenso de Washington) acciones, ya sea mediante descaradas omisiones.
La conservación de la primera de las pobrezas referidas permite mantener los privilegios y la riqueza córporea de la segunda.

Mientras los miserables desean seguir siéndolo (a costa de todos y todo); los pobres están cansados (con razón) de serlo. Mientras la mayoría de los pobres son obligados (por sus credos religiosos hipócritas) a "vivir" (por no decir sobrevivir) "alegre" y abnegadamente su condición o realidad; los miserables llenan las arcas de muchos de los nefastos -y "pobres"- líderes de dichos credos;credos no sólo hipócritas, sino también "pobretizantes", viles y voraces apólogos de la pobreza...ajena claro está.
Mientras varios pobres sí encuentran consuelo o ánimo en la promesa que suyo será el reino de los cielos; los miserables se ríen enormemente de la misma, así como de la advertencia del camello y la aguja...al fin, ¿para que quieren el reino de los cielos verdad, si pueden comprar varios reinos aquí en la Tierra?

Los pobres son carne de cañon de las revoluciones y de las guerras provocadas e iniciadas, respectivamente, por los miserables. Los pobres han sido utilizados michas veces como escudos de los miserables. Éstos pueden llenarse fácil y falsamente la boca de amor y aprecio hacia aquellos,cuando en verdad, y al mismo tiempo, les vacían sin piedad sus existencias...se las vacían de esperanza; de felicidad ; de libertad; de amor; de igualdad; de dignidad; de salud; de futuro y presente; de vitalidad...

...

Con mucha razón se ha dicho en años recientes que la discriminación que está causando más muertes, heridos y conflictos o polarización es la relacionada con las condiciones económicas, la dirigida de una clase social a otra; que la desigualdad económica-social (creciente) está siendo una de las más efectivas pólvoras de explosiones locales, nacionales, regionales e internacionales... Y la cara enjutada, adolorida y dolorosa de esa desigualdad es la pobreza; la cara feliz, altiva y cínica de la misma es la de la rica miseria.

Y no, no se trata de que ahora todos seamos pobres (se obtendría una pobrísima igualdad) o que los pobres ahora conviertan en tales a los ricos (se estarían miserabilizando los primeros); más bien se trata de que las riquezas de nuestro planeta y de la raza humana sean compartidas;sean utilizadas y aprovechadas (ya no explotadas) racional y sensiblemente; sean disfrutadas equitativamente...y que las que admitan sin perjucio alguno ser puestas a competencia, sean puestas en un terreno de juego conocido por todos, que sea accesible para todos y que se rija por reglas iguales para todos.

Soluciones mágicas e instántaneas para erradicar la pobreza no existen; pero algo que ayudará bastante a encontrarlas, o a que tengan más y mejores resultados las que efectivamente la están combatiendo, será seguir enriqueciendo nuestra solidaridad, nuestra empatía, nuestras genuinas y útiles preocupación y ocupación en el tema...seguir volviendo millonaria a nuestra parte miserable.


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