LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

2 oct 2008

68-2008

Y se cumplieron 40 años de exclamar con rabia, con indignación, con dolor, con contundencia: 2 de Octubre, ¡¡¡No se olvida!!!



Pero por desgracia sí se minimiza; sí se distorsiona la memoria del mismo; sí se simula que se recuerda bien…es más, algunos se comportan como perfectos histriones de la herida causada por dicha fecha.


Los responsables, los autores intelectuales y materiales de la matanza perpetrada en la plaza de las Tres Culturas ubicada en la Unidad Habitacional Noanalco, Tlatelolco (Distrito Federal); los crueles y cínicos culpables (teniendo todavía mayor culpabilidad los que lo ordenaron, planearon y avalaron) de dicho asesinato represor (cuyas principales víctimas fueron estudiantes) no han sido ni serán castigados por la “justicia” formal de nuestro país. Una lamentable y disgustante realidad mexicana más…En los círculos del poder, en los pasillos del mismo por los que todavía transitan algunos cómplices (contemporáneos o postcontemporáneos) de la matanza, el 2 de octubre se recuerda,pero también se forza su olvido, conviene el mismo.

Pero a los juicios que no han podido escapar, ni podrán, son a los de la Historia, al de los integrantes críticos y libres de la sociedad mexicana; al de la Verdad y la Ética. Dichos juicios son punzantemente condenatorios para con ellos.

Por que una cosa es todo el entramado que se ha tejido desde el Estado para prorrogar la impunidad y las mentiras al respecto, y otra muy diferente es saber que en Tlatelolco SÍ se cometió una matanza, un homicidio tumultuario, cuyos perpetradores fueron agentes del Estado y cuyas víctimas fueron integrantes de la población civil.

Por que una cosa es que algunos sigan sosteniendo, y peor, que unos sigan creyendo que ese acto estuvo bastante justificado -o que fue hasta loable- ya que así se evitó que el comunismo se implantara en México o que éste se volviera otro ápendice de la URSS; y otra muy diferente es el ir conociendo que en verdad fue una matanza planeada por órdenes de Luis Echeverría Álvarez (agente de la CIA, fiel lacayo de Nixon, presto seguidor en el Cono Norte de las políticas de “contención” de la amenaza comunista que en el Cono Sur emprendieron Pinochet, Videla, etc.), cuando era Secretario de Gobernación. Una matanza avalada sin chistar, “legitimada” por Gustavo Dìaz Ordaz (uno de los presidentes más autoritarios, déspotas, acomplejados e insensibles del régimen príista); al cual no le importó su lugar en la historia al haberse atribuido prácticamente toda la responsabilidad del crimen. Una matanza cuyos ejecutantes fueron algunos miembros del ejército mexicano; integrantes de un grupo paramilitar llamado Batallòn Olimpia y persomas de òrganos de seguridad pùblica o de espionaje del gobierno (policía del DF, agentes de la Dirección Federal de Seguridad, etc.). Una matanza que vino a culminar de manera amarga, agria, muy dolorosa, todo un movimiento cuyos objetivos y fines esenciales, preponderantes, primigenios sí eran encomiables, ejemplares, valiosos; y que podían condensarse en mucho mayor y mejor democratización de la vida de la sociedad mexicana.

Y no me cierro a la posibilidad o realidad de que hubieron agentes cubanos o rusos; extranjeros (ya sean individuos o países) que vieron en el movimiento de aquel año la posibilidad de volver a México un satélite más de la Unión Soviética o un adecuado lugar más para llevar a cabo el experimento de la “revolución comunista”.
No me cierro a la posibilidad o realidad de que algunos de los integrantes o líderes del movimiento tuvieron, o siguen teniendo, como máximos referentes, de manera fanática por desgracia, a Marx, Lenin y Stalin; a la eterna lucha de clases; a la meta casi religiosa y no concreta de derrocar, destruir al Estado Burgués, etc.

Pero, aán quitándole el velo de posibilidad a lo anterior, aún optando por considerarlo el conjunto de las realidades del movimiento, me pregunto: ¿estaba justificado terminar con el mismo de esa manera?...Esa es una de las preguntas fundamentales de este episodio de nuestra historia…Y mi respuesta es (y seguirá siendo): ¡¡¡Claro que NO!!!

El Estado no debía haber respondido así. Si todos los miembros del movimiento en cuestión en verdad sólo fueron revoltosos, zánganos, sedicentes, “peligros para la patria” o delincuentes; pues entonces tenía que haberlos perseguido por los cauces legales, encerrarlos, deportarlos (a los extranjeros), exhibir lo perverso de sus fines, pero no, prefirió “matarlos en caliente” (sin importar que se llevara entre las patas a amas de casa, trabajadores, niños y hasta a algunos soldados); prefirió encerrar, al por mayor, y de manera truhanesca, a toda esa “bola de truhanes”; prefirió callar con violencia las voces disidentes en lugar de tratar de sentarse a negociar (que no cooptar) y/o a escuchar a éstas; prefirió volver vil e ilegítimo su uso legal y monopólico de la fuerza; prefirió mostrarse “fuerte” de una forma muy cobarde.



Y muchos jóvenes de ahora, a pesar de ser beneficiarios (aunque sea muy indirectos) del proceso de democratización, de más libertades, iniciado o impulsado por el 2 de octubre de 1968, no les interesa el mismo, les vale…Para ellos el 2 de octubre sólo es el día que va después del primero y antes del 3.
Otros sólo se dedican a romper ventanas, a grafitear y a destruir negocios en este día…Para ellos el 2 de octubre tampoco se olvida, pero se honra mal.



¡Como recuerdo una de las frases pintadas en diversos puntos de la ciudad en aquellos días! (claro, vista en fotografías, revistas o documentales; yo no andaba ni cerca de nacer por aquella época): “Nuestro pueblo vive Dìaz Tristes, a manos de Ordaz de Asesinos”

Hoy, 4 décadas después, esa herida sigue supurando tremendamente (la impunidad es su perenne agente infeccioso); hoy, 04 décadas después, se han agregado más heridas (iguales o todavía más insultantes y penosas) al cuerpo de la sociedad mexicana; hoy, 04 décadas después, pareciere que los mártires de Tlatelolco murieron en vano; hoy, 04 décadas después, pareciere que nuestro pueblo vive más Días Tristes, sólo que ahora a manos de más Grandes Tribus de Grandes Criminales…

2 de Octubre, No se olvida!...¡¡¡Como quisiera que no tuviéramos que recordarlo!!!

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