LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

29 ene 2013

OIU, OIU, FLORENCE CASSEZ, DISCRIMINACIONÉ Y CORRUPCIONÉ

En el caso de la francesa de moda supura corrupción y distintos tipos de discriminación por todas partes:

Corrupción de parte de una policía federal y sus mandos que están especializados sólo en plantar evidencias, forzar declaraciones, torcer hechos, montar escenarios, violar todas las garantías de un debido proceso y una adecuada defensa legal y en crear chivos expiatorios o exculpar a los que sí son culpables o tienen algún grado de responsabilidad.

Corrupción de parte de "jueces" (meros marchantes de la ley) que no aplican la misma vara, atención y urgencia a todos los casos, que se dejan doblegar por el dinero, los medios de comunicación y/o por otros no servidores públicos.

Corrupción de parte de medios que se dicen de comunicación e información, que en verdad sólo lo son de propaganda y desinformación, quienes participan en montajes, mentiras, complots de distinta naturaleza y alcances, que moldean los hechos según la conveniencia de sus dueños y que luego, cínicamente, se dicen engañados o se lavan las manos.

Discriminación porque muchos siguen creyendo o proyectando aquello de que “¡¿cómo puede ser ladrón si viene bien trajeado?!” “no puede ser secuestradora, ya que es güerita de ojos verdes” mientras que indígenas campesinos, activistas sociales, ecologistas compatriotas nuestros, tanto mujeres como hombres, sufren encerrados injustamente, acusados de graves delitos y de una manera que insulta a la lógica y es orgullo de la prepotencia cínica.

Discriminación malinchista y xenofóbica a la vez, ya que, como ya se señaló, por lo que respecta a lo primero, los casos de nuestros compatriotas, ellos sí acusados injustamente, se pudren en los juzgados penales no recibiendo atención mediática ni de una Corte que se dice Suprema y de Justicia, no son conocidos casi por nadie de sus paisanos. Xenofóbica porque vuelven el caso de una sola extranjera motivo suficiente para odiar y despreciar a toda Francia, reavivar insultos y traumas para con una nación entera.

Para mí Florence Cassez sí es culpable, hay testimonios y otros elementos probatorios que lo acreditan, es difícil creer que no conociera tal clase de actos de sus dos parejas (sí, su exnovio quien es señalado como jefe de la banda de secuestradores y su actual novio que también enfrenta acusaciones penales similares). Otra cosa es que salga libre sin merecerlo, gracias a la actuación tan sucia y frívola de los muchachos de Genarco García Luna, ex Secretario de Seguridad Pública y exjefe de la Policía Federal, y por la actuación tan legaloide de Ministros de la Suprema Corte, muy apegada a la letra o a las formalidades de derecho y a la vez muy desapegada del real espíritu de justicia, de manera muy conveniente para unos pocos. En mi opinión, si se comprobó que hubo un montaje de detención, de que a Cassez se le violaron sus derechos de estar comunicada, contar con un abogado y traductor, ser puesta de inmediata a disposición del MP y luego de un juez, etc. entonces 1) Se tenía que reponer el procedimiento, hacer la investigación y el proceso penal respectivos totalmente apegados a derecho y ética, ahora sí completamente bien, manteniéndola a ella encerrada, respetando ahora sí todas sus garantías relacionadas con la debida defensa, pero para nuevamente llegar al mismo resultado, al mismo tipo de sentencia: condenatoria o culpable, la cual ya había recaído sobre ella y le impuso 60 años de prisión y 2) Castigar ejemplarmente a todas las autoridades corruptas involucradas en este show de mentiras y torcimiento de la justicia.

Ahora existe el riesgo de un nuevo dolor, de un nuevo coraje, de un nuevo ataque a las víctimas, a los secuestrados, a quienes la mayoría ha olvidado o ignorado, ya que los otros secuestradores acusados podrán pedir su liberación,alegar que, al igual que Cassez, fueron víctimas de los sucios juegos, de las mentiras y telenovelas policíacas montadas (ahora en México ya no sólo siembran droga o armas, sino también personas amordazas, mal comidas, encerradas en pequeños cuartos, mutiladas; ¡cómo progresa la justicia mexicana!)

Cuando se le da más importancia a las formas o procedimientos que al fondo o contenido, a la esencia o fines supremos, no debemos llamarle a ello justicia. Sí, el fin no justifica los medios, pero también hay fines/finales a todas luces injustificables; éste caso es uno de ellos.

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