LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI

29 ene 2013

OLINTLA

Olintla es un municipio ubicado en la Sierra Norte del Estado de Puebla, en zona cercana a Veracruz. En ese sitio la empresa Grupo México, cuyo dueño es Germán Larrea Mota Velasco, el tercer hombre más rico de México, y responsable de los malos cuidados y pésimas condiciones de trabajo en minas como la de Pasta de Conchos, Coahuila, quiere construir una central hidroeléctrica. Han surgido o se han manifestado activistas, ecologistas, académicos, defensores de derechos humanos y de derechos indígenas en contra de ese proyecto. Lo han hecho con razón y con fundamentos, aportando argumentos y estudios serios, solicitando cuestiones lógicas o justas, no caprichos. Han sido ignorados primero y, el pasado 26 de enero de este año, amenazados, hostigados, reprimidos, secuestrados o retenidos injustamente. A estas horas ya fueron liberados todos, los 70 involucrados.

Es decir, estamos ante otro lamentable caso en donde el capitalismo voraz busca más ganancias económicas, sin importar a cuantos tenga que comprar, mandar a golpear o desaparecer, sin importar que afecte los recursos naturales y afecte negativamente los territorios y vidas de comunidades enteras.

El Grupo México no ha cumplido con todas las normas y requisitos correspondientes, por ejemplo, realizar y presentar un adecuado y veraz proyecto de impacto ambiental.

Los opositores al proyecto argumentan que estudios científicos serios, así como experiencias comparadas, de casos similares, concluyen que si se permitiera la construcción de la hidroeléctrica (y de otras tres como también se tiene planeado), provocaría un serio daño al cauce de las fuentes de agua, de ríos de la región, lo que repercutiría dañinamente en la ganadería, agricultura, flora, fauna, alimentación y modo de vida de los habitantes y poblaciones involucradas.

Este tipo de proyectos deberían realizarse de manera ordenada, ética, realmente funcional o con utilidad pública; consultando, apoyando, acordando de igual a igual-sin imposiciones o ventajismos- de la mano de las comunidades dueñas originarias o asentadas en las zonas, buscando sí, verdadero progreso pero no a costa de la naturaleza, de vidas humanas y de la autosuficiencia digna y a largo plazo.

¿Cuándo aprenderá el ser humano que el dinero no se come ni es fuente real de vida? ¿Hasta que, como dice la frase, se tale el último bosque, se seque el último río? ¡Cuanta destrucción se ha hecho en nombre del progreso! ¡Cuánto bestialismo primitivo se ha dado en nombre de la modernidad ¡cuanta barbarie en la supuesta búsqueda de civilizar!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario